viernes, 5 de marzo de 2010

UNA REALIDAD DIFERENTE.

Después de muchas horas de viaje, de autobuses, de bonitas vistas y variados paisajes, llegamos a nuestra ciudad de destino, Chachapoyas, departamento de Amazonas, en el Perú.



Nuestra primera semana de trabajo ha finalizado y las destinadas aquí estamos realmente satisfechas. El hospital Virgen de Fátima, en el que actualmente paso las mañanas, es un hospital muy pobre. Posee una sola planta, escasa tecnología y una gran cantidad de pacientes. Los médicos hacen lo que pueden a la hora de organizarse y, actualmente, posee mucha maquinaria que ha sido financiada en parte por la congregación religiosa. Precisamente, parte del material de medicina son donaciones de Extremadura, tanto de Mérida, como de Cáceres, como de Badajoz.

La educadora social en este hospital tiene la suerte (o la desgracia) de ver muchos casos diferentes. Desde familias en extrema pobreza hasta intentos de suicios por depresión severa.

Aunque resulta duro ver todas estas situaciones y toda esta realidad esta es, sin duda, una ocasión práctica en la que poder aprender mucho.

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